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Arquitectos: Moca Arquitetura
- Área: 240 m²
- Año: 2021
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Fotografías:Eduardo Macarios
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Proveedores: Argila Botanica, Ceramina, Decorea Surfaces, Estudio Boitata, Suvinil
Descripción enviada por el equipo del proyecto. A través de los colores y los detalles, la tienda y el bistró Erva Santa registra su historia y perpetúa la armoniosa relación entre la comida y el bienestar.
"Un proyecto súper especial para la oficina, con mucha referencia afectiva y familiar". Así es como la arquitecta Kátia Azevedo, socia de Moca Arquitetura, comienza a describir el desarrollo de Erva Santa: una casa de productos naturales, situada en uno de los barrios más tradicionales de Curitiba. Rodeada de un paisaje natural y un gran jardín, la casa remite a la nostalgia de los años 50, incorporando elementos rústicos y orgánicos ya desde la fachada. La pared de ladrillo visto y el panel de madera rescatado de una demolición contrastan con los vibrantes colores de la entrada.
Al tratarse de un espacio que integra diferentes funciones, el proyecto se dividió en tres etapas y se sectorizó por colores. En primer lugar, se creó el bistró que conforma la zona exterior y lateral del inmueble. Para ello, se utilizó un tono de rosa envejecido, que armoniza con el mobiliario de segunda mano de los arquitectos. Para el salón, que alberga el emporio de tés, especias y productos naturales, se utilizaron tonos verdes y beige, que representan la ligereza y la filosofía saludable del establecimiento. Por último, la zona destinada a cursos y eventos, situada en la parte trasera de la propiedad, recibió un azul vibrante para delimitar el espacio, que también alberga una cocina piloto. Además de despertar diferentes sensaciones y transmitir confort y comodidad a los clientes, los colores también están presentes en los productos, estableciendo una conexión entre el espacio y la marca.
Utilizando líneas curvas y una mezcla de diferentes materiales, como la madera, la cerámica y el suelo de piedra en bruto; la construcción pretendía realzar la estética de la casa, rescatando también los recuerdos afectivos del propietario. El proyecto es un homenaje a su relación con su abuela, que compartía su pasión por los productos naturales. "Incluso el nombre de Erva Santa viene en referencia a la salvia, que era una de las hierbas que más utilizaba su abuela", informa el arquitecto. El afecto entre nieta y abuela también está presente en los detalles, como la elección de los muebles y los objetos de decoración. Uno de los armarios utilizados es una reliquia familiar y acompaña a las piezas hechas a medida, mezclando el diseño vintage con líneas rectas y predominantemente contemporáneas.
El resultado del proyecto es un entorno que acoge a sus clientes, rememora recuerdos del pasado y ofrece espacio para la creación de nuevas narrativas, mezclando calidez, tranquilidad y bienestar.